Amazon se arriesgó con Carnival Row, una superproducción digna de la pantalla grande, pero con falencias interpretativas que la hacen perder su magia.
Cuando en Hollywood se habla de fantasía, no es un tópico desconocido. Ya hace más de una década que el género ha tomado peso y se fue alejando del simplismo infantil que representaba, originalmente, a través de la literatura.
Gracias al éxito de El retorno del Rey en 2003 –la última entrega de El Señor de los Anillos y ganadora del Oscar a Mejor Película– que las historias sobre tierras inventadas y una compleja mitología mágica empezaron a ser más frecuentes en la pantalla.
Prueba de esto en una escala menor a la de la cinematográfica fue el ascenso glorioso de Game of Thrones. Gracias a la adaptación de la saga de George R. R. Martin las cadenas de TV y las plataformas dieron más oportunidades a ficciones de este tipo. Y el momento llegó también para la apuesta deAmazonPrime Video, con su serie original Carnival Row.
Con una elaborada historia y el montaje digno de una superproducción, este drama épico repleto de fantasía nos lleva a un mundo ficticio, donde hombres conviven con hadas, faunos, centauros y un sinfín de criaturas conocidas solo en cuentos.
Aun así, con los dardos puestos en unos sorprendentes efectos visuales y en figuras reconocidas del espectáculo como sus protagonistas, Carnival Row peca de ambiciosa y decae por culpa de su falta de corazón y los problemas interpretativos del elenco. Mucha fantasía para tan poco talento.
Humanos vs. hadas
Gracias al contexto presentado en su inicio, Carnival Row se ambienta siete años luego de que finalizara una guerra entre una entidad llamada El Pacto y el reino de las hadas.
Pese a que los seres alados tuvieron ayuda de la República Burguense, en la actualidad viven como parias refugiadas en guetos de mala muerte y acabaron en trabajos de servicio y otros ligados a la clandestinidad.
Dentro del meollo, se nos presenta al detective Rycroft Philostrate (Orlando Bloom), un veterano que se dedica a resolver crímenes en medio de Carnival Row. Asimismo, conocemos en paralelo a la guerrera hada Vignette Stonemoss (Cara Delevingne), quien ayuda a su especie a escapar de su propia tierra –invadida por El Pacto– para tener una “mejor vida” en El Burgue.
Ambos personajes, pese a que se nos presentan por separado, están vinculados por una historia de amor que se remonta a la guerra. En medio de su conflictivo encuentro, Philo se adentra en la búsqueda de un asesino de hadas, mientras que Vignette busca su lugar en la ciudad, quizás de la peor manera.
Fuera de esta trama que mezcla drama con un sórdido romance, Carnival Row visibiliza otra líneas argumentales que demuestran la lucha racial entre hombres y las otras criaturas, siendo una analogía bastante explícita de las tensiones que viven los estadounidenses y otros países del mundo en cuanto a sus conflictos de raza e inmigración.
La decepción
Honestamente, la fantasía me fascina. Pese a que no me tentaba mucho ver Carnival Row, sobre todo por su elenco y algunas lecturas que había hecho de su crítica, me sumergí en este mundo creado por René Echeverría (Castle, The 4400) y Travis Beacham (Pacific Rim).
¿El resultado? Decepcionante. La serie en sí, yo diría, tiene mucho potencial. En su abundante mitología –que no es tan desconocida para los espectadores– hay un conflicto interesante, cargado de estigmas hacia las diferencias y la discriminación arbitraria de pueblos desplazados por una guerra.
Mucha magia, poca química
Sin embargo, la historia flaquea en su núcleo, en su pareja protagónica. La trama que envuelve a Philo y Vignette es cursi y la poca química entre los actores es completamente evidente.
Cabe mencionar que Cara Delevingne es un personaje bastante peculiar. Su actuación la llamaría mixta, porque logra interpretaciones bastante potentes, pero las remata con acciones secas y poco convincentes.
Orlando Bloom no se queda atrás, y para ser su debut televisivo no se le ve cómodo con su personaje. Quizás ambos actores tampoco pudieron darle más fluidez a un guion que parece dejar poco a la improvisación.
Y como no todo es malo, cabe destacar que Amazon –como el gigante que es– no escatimó en gastos para esta serie, dejando ver un despampanante despliegue visual que suma puntos en una producción de fantasía. Y yo diría que en este sentido, es en lo único en que se lleva la mejor calificación.