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Beasts of No Nation
La guerra no es juego de niños

Beast of No Nation nos grita con megáfono una realidad que afrontó, y siguen enfrentando, algunas localidades del oeste africano. Es un relato violento sobre la pérdida de la inocencia y los traumas que genera la guerra, pero sobre todo, es una historia de una metamorfosis forzada y solitaria.

Beasts of No Nation afiche

Cary Joji Fukunaga ha inventado una dualidad bastante peculiar para los parámetros hollywoodenses. Su nombre se mueve entre la pantalla chica y la grande, en el largo y el corto y con créditos que lo diferencian de sus homónimos contemporáneos. 

Pese a que ganó algo de renombre con la adaptación de la novela Jane Eyre en 2011, no fue hasta unos años después —explotando sus dotes de multitasking—, cuando se puso a cargo de la serie policial de antología True Detective (HBO) y lanzó el drama bélico Beasts of No Nation en Netflix.

A cargo de la dirección, el guion, la fotografía y producción del filme, Fukunaga entregó un duro relato sobre los conflictos armados del caótico oeste africano. Basándose en la novela del mismo nombre, escrita por Uzodinma Iweala, la película cuenta la traumática experiencia de un niño “rescatado” por un grupo rebelde que lo obliga a convertirse en un soldado de su milicia. 

Beasts of No Nation es una alusión a las diferentes disputas políticas, económicas y sociales que han azotado al continente y que han dejado masacres en manos de grupos paramilitares. También, es un fiel retrato de la realidad que supone para niños y adolescentes africanos que se ven forzados a empuñar armas y cometer actos criminales en contra de su voluntad. 

Idris Elba y Abraham Attah protagonizan BONN.

Soldado por obligación

Ambientado en un país del Oeste de África, el filme sigue a Agu (Abraham Attah), un niño que vive junto a sus padres y hermanos en una aldea. Tras la caída del gobierno, solo una parte de su familia logra escapar del grupo rebelde que está diezmando a la población. 

En un ataque a su villa, el protagonista logra escapar. Sin embargo, es capturado por un grupo de insurgentes que lidera El Comandante —interpretado por el genial Idris Elba (Luther, The Wire)—, un hombre que lo acoge, pero a la vez, lo empuja a convertirse en un ser violento y defensor de “la causa”. 

Así comienza el duro camino de Agu en un conflicto del que no pidió participar. Mientras avanzamos junto a él, por los parajes selváticos de la jungla africana, vemos una metamorfosis forzada por la muerte, la pérdida de la inocencia y el temor a Dios. 

Por otro lado, el relato no olvida la esencia de sus personajes principales: son niños. Por lo mismo, existen esos tintes de curiosidad, exaltación y amistades ingenuas. Todo en medio de una crueldad abismal que destaca en la guerra, donde a veces ni los más inocentes se salvan.

Abraham Attah ganó un premio en el Festival de Venecia de 2015.

Un realismo que desconocemos

Beasts of No Nation obtuvo buena recepción por parte de la crítica especializada. Las actuaciones de sus protagonistas fueron las más elogiadas. Abraham Attah ganó, con solo 14 años, la categoría Mejor joven actor o actriz emergente en el Festival Internacional de Cine de Venecia en 2015. 

Asimismo, el metraje consiguió gran notoriedad por el retrato crudo que supone involucrar a niños en conflictos armados. Esto, sumado a que la distribución internacional se la quedó Netflix, pudiendo llegar el filme a millones de pantallas, extendió el mensaje de una realidad bastante común en algunos sectores de África. 

Y pese a que la película se adentra en la oscuridad injusta de la guerra, su narrativa nos choca en cuanto seguimos un camino de pérdida de identidad, de inocencia. Vamos con Agu en un camino que, para él sobre todo, parece sin retorno. En un mundo violento, precario en donde jugar a ser adultos ya no es un juego

¿Dónde ver Beasts of No Nation?

La película está disponible en Netflix.