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La Vida de Adele
El primer amor es hermoso y desgarrador

La película francesa ganadora en Cannes cuenta la historia de una adolescente que se enfrenta al primer amor con intensidad.

La Vida de Adele afiche

La Vida de Adele es una película francesa conocida también como Blue is the Warmest Color, el nombre de la novela gráfica en la que está inspirada. Dirigida por Abdellatif Kechiche, retrata el enamoramiento de una adolescente parisina con una mujer algo mayor que llega a remover su vida permanentemente.

Es un largometraje fundamental en el canon de cine LGBTIQ+ del último tiempo, una historia de amor de tres horas, desgarradora, potente y controversial.

Exarchopoulos y Seydoux en una escena de La Vida de Adele

Una intensa historia de amor

Adele (Adèle Exarchopoulos) es una adolescente retraída y tímida como en la mayoría de las historias del primer amor. Su vida no tiene mucho de interesante: va al colegio, pasa tiempo con sus amigos, vuelve a casa con sus padres. Pero un día, como si nada, una mujer de pelo azul se cruza en su camino por la calle y la atención de Adele queda instantáneamente fijada.

Adele empieza a cuestionar su sexualidad. No se siente atraída por los chicos de su círculo, visita bares gays. Es ahí donde se encuentra con Emma (Léa Seydoux) y rápidamente se concreta la atracción que había capturado su mirada.

Adele y Emma en uno de los momentos íntimos que La Vida de Adele retrata con realismo

Las chicas empiezan a salir. Es aquí donde La Vida de Adele retrata con sutileza los matices de la relación que explora. La familia de Emma, una estudiante de arte, es más intelectual y abierta de mente. Adele, de una familia de clase media, le dice a sus padres que Emma es su tutora mientras tiene sexo con ella en su habitación.

Y es en este despertar sexual que vemos la conexión tan propia de la juventud que ambas comparten. La voracidad con la que abordan lo nuevo y desconocido. Las ganas que tienen de conocer tanto a la otra como a sí mismas y cómo esto significa una apertura para Adele.

Y después, inevitablemente, el despecho

La primera parte de La Vida de Adele —que se divide en dos capítulos— es amor, intensidad y erotismo. Adele y Emma se van a vivir juntas y no parecen haber mayores obstáculos en su relación.

Pasa el tiempo. Emma es pintora y Adele, profesora de colegio, y sus estilos de vida se parecen cada vez menos. Cuando una infidelidad sale a relucir, la pareja tiene una pelea tan intensa y desgarradora como el amor que las habíamos visto compartir antes. Se separan.

Adele Exarchopoulos en un parque en París

Es así como da inicio el segundo capítulo de la película: el desamor. Adele continúa su vida como puede, pero aunque encuentra estabilidad en su trabajo, no puede olvidarse de Emma. Largos bloques silenciosos de reflexión se suceden a medida que pasan los días, mostrándonos la imposibilidad de Adele de sentirse plena de nuevo.

La Vida de Adele completa la profecía. El amor existe, pero hay un precio que pagar por él cuando se nos escapa, y sale caro. La película es cruda y franca, y tal cómo presenta el primer amor como una fantasía erótica, perfecta y sensorial, destruye esa idea al recordarnos que ninguna fantasía dura para siempre.

Las repercusiones de La Vida de Adele

La película francesa fue aplaudida inmediatamente, haciendo historia en el Festival de Cannes, donde debutó el 2013 y ganó la máxima distinción, la Palma de Oro. Pero en vez de recibir el honor solamente el director, por primera vez en la historia el premio se repartió entre Kechiche y las dos actrices principales, debido al desempeño logrado en contribuir al realismo de la película.

La Vida de Adele fue una de las películas mejor recibidas del 2013, pero no estuvo libre de controversias. Muchos castigaron las largas escenas sexuales explícitas y gratuitas, vistas desde la mirada masculina de un director que presionaba a sus jóvenes actrices.

Léa Seydoux en una escena de pelea

Es más, tanto Exarchopoulos como Seydoux afirmaron que no volverían a trabajar con Kechiche debido a las condiciones laborales en una turbulenta filmación donde varios miembros del equipo renunciaron y alegaron abuso y explotación.

Sin embargo, a pesar de manchar la reputación de su realizador, la película terminó irguiéndose por sí sola y el pasar de los años la ha cementado como uno de los logros más importantes del cine contemporáneo.

No es la primera ni la última en una lista de impresionantes romances entre mujeres que vienen de Francia, que nos ayudan a entender el amor desde todas sus aristas.

La Vida de Adele es recordada como una historia de maduración lesbiana intensa que escarba las superficies y llega al fondo de un asunto tan universal como el amor.

Con actuaciones hiperrealistas, tacto y sensibilidad, entrega con madurez un mensaje fundamental a un espectador que no subestima: perder al amor de tu vida puede ser lo más difícil que te toque vivir, pero eso no significa ni por un segundo que haberlo tenido no valiera la pena.

Adele Exarchopoulos como Adele, en la segunda parte de la película

¿Dónde ver La Vida de Adele?

Lamentablemente, ningún servicio de streaming cuenta con la película en estos momentos. Pero con astucia y perseverancia, se podrán encontrar copias online que muestren este imperdible filme.