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El Camino, una película de Breaking Bad
Jesse Pinkman cruza la última frontera

El Camino comienza justo donde termina Breaking Bad, con Jesse Pinkman huyendo en un auto viejo. A seis años del final de la mítica serie, esta cinta cierra algunas interrogantes que quedaron sin responder y finalmente conocemos cuál fue su destino.

Poster El Camino

Está de regreso. Las conversaciones en medio del desierto, los disparos y los bolsos llenos de dinero. A seis años del final de Breaking Bad, Vince Gilligan sorprendió a los fanáticos de la serie con una película que fue grabada en secreto.

Se titula El Camino y cuenta lo que pasó con Jesse Pinkman, entre otras interrogantes que quedaron sin resolver, tras el fin de la era de Walter White.

Todo comienza justo en el momento en que Breaking Bad terminó. En aquel fatídico episodio final, Felina, donde vimos al capo de la metanfetamina irrumpir en la sede de un grupo neonazi para liberar a su mítico socio, Jesse Pinkman (Aaron Paul).

Huyendo en un viejo auto, vimos a Pinkman reír y gritar tras el volante. ¿Para dónde va? ¿Podrá burlar a la policía, luego del estruendoso ataque de una ametralladora militar? ¿Cuál será su destino?.

El Camino nos pone en el carril del buen Jesse. La mano derecha del vil Heinsenberg (Bryan Cranston). El socio que siempre tuvo corazón. El que no era un narco, sino más bien un chico extraviado.

En esta secuela de Breaking Bad lo veremos traspasar la última frontera para tener un merecido nuevo comienzo.

Aaron Paul conduciendo un auto en una escena de El Camino: A Breaking Bad Movie.
Jesse Pinkman (Aaron Paul) al volante del viejo Chevrolet El Camino.

Hasta la vista, Heinsenberg

La primera información que se nos entrega sobre el destino de Walter White, se escucha por la radio. Es un reporte policial en el que se indica que nueve sujetos han muerto tras el atentado.

Nueve. Los más fanáticos habrán sacado rápidamente la cuenta y dice así: Jack, Todd, Kenny, Matt, Frankie, Lester, dos miembros de pandillas supremacistas blancos sin nombre y Walter White.

Así se despeja la primera interrogante, Walter White está muerto. Para los fanáticos que creían que, herido en el piso del laboratorio, lograría sobrevivir, este es el veredicto final. El personaje queda oficialmente inhabilitado para regresar en futuras producciones del universo de Breaking Bad.

Y es esta desaparición la que justifica, más que nunca, que pongamos nuestros ojos sobre Jesse Pinkman. Querido, aunque siempre opacado por la masiva sombra de su socio, por primera vez se toma la pantalla por completo. Es entonces que estallan las emociones de un corazón sensible y vulnerado.

Aaron Paul en El Camino
Jesse Pinkman (Aaron Paul) recupera su liberad tras el cautiverio.

El buen Jesse

Ya sabíamos que el oscuro destino de Pinkman había sido como prisionero de un grupo neonazi. Encerrado en una jaula de concreto, la única razón por la que lo mantenían vivo era su conocimiento del polvo azul. Aquella codiciada y maldita receta.

En El Camino vemos, a través de flashbacks, los martirios a los que fue sometido. Humillaciones y golpes. Pero lo peor de todo fue ser lacayo de Todd (Jesse Plemons). Un ser despreciable con cara de querubín.

Un día Todd saca a Jesse de su jaula para que lo ayude a deshacerse de un cuerpo. En medio del desierto, Pinkman tiene la oportunidad de dispararle, pero no lo hace. Seguramente, pensando en que sus actos afectarían el destino de Brock Cantillo, el pequeño hijo de una de sus últimas parejas, quien murió asesinada por Todd.

Todd (Jesse Plemons) y Jesse (Aaron Paul) solos en la mitad del desierto.
Todd (Jesse Plemons) y Jesse (Aaron Paul) solos en la mitad del desierto.

Así, el buen Jesse hace gala de su bondad y vuelve sumiso a su celda, sin saber que pronto sería liberado por White.

Luego volvemos a la carretera. Pinkman llorando y riendo tras el volante. ¿Lo atrapa la policía? La respuesta es no. ¿Hacia dónde se dirige? Directo donde sus compas, Skinny Pete y Badge. Ellos lo reciben, le dan de comer y lo ayudan en los pasos que debe seguir para lograr ser libre. Partiendo por deshacerse del viejo Chevrolet El Camino.

¿Qué vas a hacer ahora?

Jesse y Mike (Jonathan Banks) conversan a la orilla de un río al comienzo de El Camino. Pronto, ellos creen, tendrán en sus manos más dinero del que podrían imaginar. Pronto podrán ser libres, piensan.

“Si tuviera tu edad me iría a Alaska, la última frontera. Ahí podrías ser quien quieras ser”, le aconseja Mike. “Un nuevo comienzo, para hacer las cosas bien“, dice Jesse. Y el anciano le contesta con pesar: “Lo siento chico, pero esa es la única cosa que nunca podrás hacer“.

Aaron Paul y Jonathan Banks en El Camino
Jesse (Aaron Paul) y Mike (Jonathan Banks) a la orilla del río.

¿Qué va a hacer Jesse? Es lo que todos los fanáticos de Breaking Bad nos preguntamos innumerables veces durante estos años. En El Camino lo vemos enfrentarse a esa pregunta, tan intimidante como inabarcable. Y ahora, ¿qué?.

Lo primero es conseguir algo de dinero y volver al local de aspiradoras desde el cual vimos desaparecer anteriormente a Walter White y a Saul Goodman (Bob Odenkirk).

Antes de que logre superar todos los obstáculos que lo separan de “la última frontera” vemos otros dos flashbacks bastante significativos.

El primero, es con Walter en una cafetería. Él todavía está enfermo de cáncer, recién comienzan su travesía y trata de convencer a Jesse de volver a los estudios, de obtener un diploma, una carrera. Pinkman no lo toma muy en serio.

La otra escena es con su novia Jane (Krysten Ritter). Tal vez es un sueño o tal vez un recuerdo, uno donde todavía estaba viva y eran felices juntos. Ella le dice a Jesse que no está bien que se deje ir donde el universo lo lleve. “Lo mejor…”, le dice, “…es tomar decisiones por ti mismo“.

Krysten Ritter y Aaron Paul en El Camino
Jesse Pinkman (Aaron Paul) y Jane (Krysten Ritter).

¿Secuela innecesaria o broche de oro?

Cuenta la leyenda que El Camino, originalmente, iba a ser un cortometraje de 15 o 20 minutos. Terminó siendo una cinta de un poco más de dos horas, y fue grabada en secreto, en un plazo de 50 días.

Para algunos, la película es una decepción, porque en estricto rigor no presenta nada nuevo y se siente como ver, al hilo, dos o tres capítulos de Breaking Bad. Pero ni siquiera de los capítulos más memorables.

Lo cierto es que esta secuela nos devuelve a esa serie que amamos, y por esto, podría considerarse más bien como un regalito para los fanáticos (ya que, evidentemente, no es una película que funcione por si sola).

Personalmente, creo que las expectativas le juegan en contra. No es fácil hacer una continuación después de Felina. Este capítulo fue visto por más de 10 millones de espectadores en su emisión y se posiciona como el tercer final de serie más visto en la historia, después del de Los Soprano y Sex and the City.

Tampoco hay que ignorar el éxito de Better Call Saul. La serie derivada con la que, por cierto, los productores de El Camino tuvieron que hacer calzar todos los detalles, para que la historia no cayera en errores de continuidad.

Tal vez en algunos años El Camino será mejor valorada, cuando no tenga tanto peso por sobre suyo.

¿Dónde ver El Camino: Una película de Breaking Bad?

La película está disponible en Netflix.