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El baile
La falsa modestia de un musical glamoroso

La adaptación de la obra de Broadway, llegó a Netflix con una sobreactuada y superficial puesta en escena, que ni el buqué de reconocidos nombres que conforman su elenco pudo mejorar.

El baile afiche

¿Que si me gustan los musicales? Sí. ¿Estaba expectante de ver El baile? También. Sin embargo, el sentimiento era extraño. Con un elenco casi deslumbrante, la primera adaptación a la pantalla del musical de Broadway de 2018, en sí tenía buena pinta para llegar a Netflix. Aun así, había algo que me volvía el sentimiento un poco amargo: su director.

Ryan Murphy parece estar en todo. Ya no solo resuena en la pantalla chica convencional, con la otrora American Horror Story –que va por su décima temporada–, su relativa American Crime Story o la aplaudida Pose (todas en el amparo de la cadena FX). El director y productor estadounidense, también busca ser el rey del streaming. Y sí, lo sabemos.

Su acuerdo con Netflix lo tiene generando (y gestionando) contenido como loco. No solo estuvo detrás de uno de los mejores estrenos de 2020 para la plataforma (la serie Ratched), sino que en su ambición lo llevó de regreso a dos formatos que conoce bien: un largometraje musical

Y es que su despampanante adaptación de El baileThe Prom, en inglés– hace luchar dos fuerzas muy opuestas en un mensaje sobre la tolerancia. Todo sobrecargado de glamour hace descontextualizar el objetivo principal de su historia. Ni la mismísima Meryl Streep pudo hacer algo al respecto.

Nicole Kidman en The Prom.
Nicole Kidman en El baile (The Prom).

Las divas de corazón blando

El baile nos lleva directo a las calles de Broadway en Manhattan, donde las vanidosas estrellas de las tablas Dee Dee Allen (Meryl Streep) y Barry Glickman (James Corden) gestionan el pésimo estreno de su última obra.

Ambos, junto a la corista Angie Dickinson (Nicole Kidman) y el poco exitoso actor Trent Oliver (Andrew Rannells) deciden limpiar sus respectivas imágenes de divas sumándose a una causa benéfica por “mero desinterés”.

Así es como llegan a Edgewater, Indiana, donde la asociación de padres y profesores del instituto –liderada por la estricta Señora Greene (Kerry Washington)– han cancelado el baile de fin de año debido a que Emma Nolan (Jo Ellen Pellman), una estudiante abiertamente lesbiana, quiere ir acompañada de su novia. 

El grupo de intérpretes revoluciona el pueblo y con la ayuda del director del establecimiento, Tom Hawkins (Keegan-Michael Key), se las arreglan para ayudar a la joven. Sin embargo, las verdaderas intenciones de varios personajes salen a relucir, lo que dificulta que Emma pueda ser aceptada por su entorno.

Todo esto, sin más ni menos, entre canciones y bailes que típicamente son difíciles de olvidar. El elenco principal saca a relucir sus mejores dotes vocales en una historia con un mensaje claro e importante. Pero con el paso del metraje, que se extiende por más de dos horas, hay una esencia que descontextualiza todo y no lo hace tan merecedor de la pantalla.

El elenco de El baile.
El elenco de El baile.

Un musical demasiado vanidoso

La narrativa del lente de Ryan Murphy se vuelve cada vez más repetitiva. Atrás quedó esa conceptualización un tanto abstracta, pero original, que realizó con Los recortes de mi vida (2006), casualmente una de mis películas favoritas

Ahora, el cerebro detrás de producciones como Nip/Tuck, Glee, Feud y tantas otras, peca en su vanagloria. Su fórmula parece siempre el resultado de “tengo los mejores contactos” con “un presupuesto bastante generoso”

Y aunque El baile pueda justificar su efusividad (en esencia, porque es un musical originario de Broadway), pareciera ser que la concepción del filme se auto-devora en su majestuosa y colorida realización.

Los mensajes de inclusividad de la comunidad LGBTI+ y de la tolerancia de tu familia y entorno parecen ser unos básicos argumentos para darle cimiento al estrellato de Streep y Corden

Ryan Murphy y el elenco de The Prom.
Ryan Murphy (en el medio) junto al elenco de El baile.

Como formato musical, cumple, y se agradece. Las canciones originales de su obra madre rebuscan en la melancolía de éxitos de las tablas, como Chicago o Hairspray. Sin embargo, al ser bastante reciente, en su soundtrack no son raros los ritmos urbanos.

Para ver El baile, honestamente, hay que respetar y querer mucho los musicales. Quizás no sea de tu agrado, pero en lo más profundo de su esencia está ese brillo de poco sentido y desconexión con la realidad que nos produce este género. Y no, no pienso verla de nuevo en un largo tiempo. Pero sí, acá me tiene hace tres días escuchando sus canciones en Spotify. Te odio, Ryan Murphy.

¿Dónde ver El baile?

La película fue estrenada el 4 de diciembre de 2020 en Netflix.