El Gran Lebowski
El extraño sentido del humor de los hermanos Coen

Entretenida, ligera y cercana a lo absurdo. Son algunas características con las que podemos retratar esta clásica película de los hermanos Joel y Ethan Coen, El Gran Lebowski, que mezcla un poco de varios géneros para ofrecer un relato ingenioso. Aunque sin mucho sentido.

Si tratamos de analizarla, descubriremos que es difícil clasificar esta película en un solo género. Humor negro, drama, filosofía e incluso la mafia estadounidense, se unen para mostrarnos cómo se interrumpe la aburrida vida de un hombre sin preocupaciones.

Estrenada en 1998, es catalogada como una de las película más representativa de la creatividad de los hermanos Coen. Con personajes que parecen sacados de otras películas, para nutrir la historia de Jeff Lebowski en el corazón de Los Ángeles, California.

¿Cómo un relato sin sentido se convirtió en un título de culto en el cine mundial? Te dejamos algunas pistas para descubrirlo.

Un viaje sin rumbo, pero que entretiene

La intro nos presenta una especie de anti-héroe, un hombre holgazán y sin futuro cuya vida se ve alterada de golpe. Jeff Lebowski solía vivir en paz, hasta que un alcance de nombre con un oscuro millonario de la ciudad lo envuelve en problemas con gente peligrosa, dando inicio a una aventura cargada de giros argumentales (plot twist).

El protagonista, interpretado por Jeff Bridges (Crazy Heart, 2009), busca al verdadero gran Lebowski para ser compensado por los destrozos en su casa al ser confundido con él, pero en vez de eso recibe una misión: rescatar a su esposa secuestrada.

Gran parte de la trama se desarrolla al interior de un centro de bolos, donde los personajes mantienen hilarantes conversaciones mientras nos enteramos de sus personalidades.

“¿Qué cojones está ocurriendo?” parece ser la pregunta que más se repite, porque al igual que el espectador, a veces ni siquiera los personajes saben realmente qué está pasando.

Esta falta de claridad a simple vista provocó bajos niveles de recepción al momento de su estreno. Pero luego del tiempo suficiente para ser analizada, comenzó a considerarse como una excelente producción. De hecho, el puntaje de usuarios en Rotten Tomatoes alcanza un 93%.

Expectativas sin control en El Gran Lebowski

Con el paso de los minutos el guion se convierte en un verdadero carrusel de géneros que van cambiando frenéticamente, para ofrecer distintos puntos de vista.

Todo comienza con planos de un desierto, letras anticuadas y una música country, que te hace pensar que estás frente a un western. Pero unos segundos después la secuencia abre paso a la moderna ciudad de Los Ángeles, y toma tintes de comedia cuando ves a Jeff intentando pagar menos de un dólar con un cheque.

Luego, como si de un thriller se tratara, unos matones lo atacan en su casa para que entregue el dinero que supuestamente debe su esposa, y volvemos a la comedia cuando se enteran que es un simple malentendido.

La historia avanza en el centro de bolos y el anuncio de un campeonato nos hace pensar que ahí estará el clímax. Incluso aparece un antagonista al que todos queremos ver derrotado. Pero el personaje desaparece y el torneo nunca se juega.

Y aunque la búsqueda de la mujer perdida parece guiar la trama hacia una idea clara, el humor negro característico de los hermanos Coen nos conduce al plot twist final. Si no entendimos nada, fue porque no había nada que entender.

Personajes que parecen de otro filme

Cuando te enfrentas por primera vez a El Gran Lebowski hay momentos en que todo parece tan surreal, que cuesta creer que seguimos viendo la misma película. Y cuando la vuelves a ver, te surgen algunas ideas que aunque parecen insensatas, quizás tengan algo de fundamento.

Y es que da la sensación de que cada personaje estuviera inmerso en su propia película. Como el gran amigo del protagonista, Walter Sobchak (John Goodman), que pareciera sacado de una producción sobre la guerra de Vietnam.

Vemos a la hija del gran Lebowski (Julianne Moore), una artista que parece sacada del cine noir, un vaquero que rompe la cuarta pared como si estuviera en un western, un jugador de bolos que cree ser el antagonista del filme (John Turturro) y finalmente un grupo de nihilistas que actúa como si fuese una producción de Quentin Tarantino. Aunque hay que reconocerlo, esto último da un gran cierre a la no-historia.

El Gran Lebowski es el resultado de juntar personajes diametralmente opuestos. Cada uno tiene su propia idea de lo que está sucediendo y si logras apreciarlo desde todas sus perspectivas, entonces se convierte en esa película de culto de la que tanto hablan.

¿Dónde ver El Gran Lebowski?

Esta película dura 118 minutos y está disponible en la plataforma digital de Amazon Prime Video.