Publicado:

El irlandés
El regreso del silencio como coartada

El irlandés es el regreso de Martin Scorsese a la pantalla grande, un repaso histórico por la vida de Frank Sheeran, un hombre involucrado con la mafia italoamericana. Una obra con un reparto excelso y de una frialdad absoluta.

El irlandés afiche

El irlandés es el regreso a la pantalla grande de un grande de Hollywood. Con 77 años Martin Scorsese estrenó una cinta atemporal, con personajes imperfectos y técnicas cinematográficas tradicionales que nos devuelve un pedazo del género gansteril que Scorsese tan clara y metódicamente conoce.

Escrita por Steven Zaillian (La lista de Schindler) y basada en el libro biográfico I Heard You Paint Houses, de Charles Brandt, la película es protagonizada por una magistral triada hollywoodense que remite a varias producciones con temáticas mafiosas: Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci.

El irlandés tuvo su premier mundial en el Festival de Nueva York el 27 de septiembre de 2019 y fue estrenada dos meses después por la plataforma Netflix. Fue candidata a diez Premios Óscar; cinco candidaturas a los Premios Globo de Oro y diez candidaturas a los Premios BAFTA. Además, la National Board of Review la seleccionó como la mejor película de 2019.

Russell Bufalino y Frank Sheeran  conversan con la hija de Frank, Peggy
Robert de Niro y Joe Pesci

Auge y caída de la mafia

El irlandés nos sumerge en la historia de Frank Sheeran (De Niro), quien relata sus años trabajando como asesino a sueldo del mafioso Russell Bufalino (Pesci), así como sus labores de protección para el poderoso Jimmy Hoffa (Pacino).

Sheeran reconstruye su pasado desde un penumbroso presente, relatando las vivencias que definieron su vida desde su primer encuentro con Bufalino.

El irlandés también nos sumerge en el silencio y en la moral desvirtuada cuando pareciera que los anhelos por ser parte de algo o adquirir poder, suprimen el raciocinio del ser humano. No obstante, esta cinta nos deja en claro que si bien somos resultado de lo que nos rodea, también somos consecuencia de nuestros propios actos.

En este viaje se recorren varias décadas desde los días de glorias de la mafia italiana en Estados Unidos y se evidencia la influencia política y económica que estos grupos tenían. Sin embargo, una serie de infortunios y malas decisiones desembocan en la caída de esta dominante agrupación y a medida que la vejez los consume, así también su poderío se esfuma.

Pero a pesar de que la supremacía no es eterna, en El irlandés queda claro que vender el alma a la mafia implica tácitamente un pacto de silencio sagrado que permanece aunque todo lo demás perezca.

Frank Sheeran, Jimmy Hoffa y Bill Bufalino observan una bandera de Estados Unidos
Robert de Niro, Al Pacino y Ray Romano

Hombres primero, familia después

Uno de los puntos altos de la cinta, que sin lugar a duda sostienen todo el argumento es la relación laboral y afectiva de Bufalino y Sheeran. El verdadero compromiso del personaje de De Niro, por no decir matrimonio, fue con Bufalino; el pacto hasta la muerte lo hace con él.

Bufalino era el protector, mentor y verdadero motor de la existencia de Sheeran. Y para este último parecía que en realidad cada decisión tomada o acción ejecutada dependía de Bufalino, a quién le debía el ascenso social y económico.

Para Sheeran las relaciones familiares no eran prioritarias y eso solo lo acongojó cuando la vejez le impidió ponerse en pie. Está demás decir que la separación matrimonial con su primera esposa o el poco involucramiento con sus hijas se debía justamente porque Sheeran era un ser silente con emociones apagadas, una máquina de destrucción con un corazón frío y muy poco paternal a pesar de la insistencia de sus pares.

En El irlandés las mujeres quedan en segundo plano y Scorsese busca hacerlo evidente. Sus conversaciones siempre son a lo lejos, nunca las escuchamos, pocas veces las vemos, están de pie o sentadas, siempre adornos de un mundo sanguinario y manejado por hombres.

Algo bastante lamentable es la poca presencia y escasos diálogos de Anna Paquin, que posiblemente no dice más de 10 palabras a lo largo de su interpretación. No obstante, juega un rol crucial al momento de demostrar que su padre eligió el camino incorrecto.

Russell Bufalino y Frank Sheeran comen pan y toman vino en un restaurante italiano
Joe Pesci y Robert de Niro

El irlandés y el ritmo del silencio

En una suerte de marca registrada, Scorsese festeja y agasaja a su propio cine, que ha trazado historias con temáticas violentas, ligados al dinero y la mafia, en un lenguaje que el director maneja con clara experticia. Además, cual franquicia de Marvel, sus películas tienen en común un cast repetitivo, con rostros llenos de trayectoria.

Para Scorsese es evidente que la cámara es una prolongación del personaje. El director goza mostrando con excesivo detalle el universo de las figuras en pantalla. En El irlandés, el uso de los planos son un tremendo aporte narrativo y ayudan cuidadosamente a exponer el universo interno de los protagonistas.

Las cámaras veloces (fast Dolly zoom) dan cuenta del frenesí de ciertos actos. Ejemplo de ello son los asesinatos que son grabados magistralmente en escenas breves y rápidas que transmiten la furia y desgarro de ciertos momentos.

Pero así como ocurren, pasan rápidamente por la mente de nuestro protagonista que parece de lo más indolente frente a sus actos. Lo mismo ocurre con los planos lentos, que nos estacionan en un momento de angustia, reflexión o incluso curiosidad de los personajes.

Si bien muchas críticas rondaron en torno a la duración de la película (tres horas y media), es admirable reconocer que el recurso se asemeja al ritmo de los recuerdos, el ritmo de las historias que tratamos de rearmar en nuestra cabeza, el ritmo de nuestra memoria cuando miramos hacia atrás, el ritmo del paso del tiempo.

Frank Sheeran expiando sus pecados con un cura que visita el hogar de ancianos
Robert de Niro

¿Dónde ver El irlandés online?

El irlandés se encuentra disponible en la página de streaming de Netflix.