Hillbilly Elegy es una problemática película que retrata personajes estereotipados que no conoce, desperdiciando a dos grandes actrices en el proceso.
Hillbilly Elegy es el nombre de una controversial novela de JD Vance del 2016. En aquellas memorias, el autor describía su infancia creciendo en Appalachia, una zona rural estadounidense habitada por hillbillies (campesinos de clase baja).
La adaptación cinematográfica que llega a Netflix, ve al escritor como el protagonista de la historia, un joven universitario que vuelve a su pueblo a ayudar a su madre mientras recuerda su niñez en el lugar que lo formó. Es dirigida por Ron Howard (Apolo 13, El Código Da Vinci), adaptada por Vanessa Taylor (La Forma del Agua) y protagonizada por Amy Adams y Glenn Close.
Una elegía rural
En Hillbilly Elegy, JD Vance (Gabriel Basso) está egresando de Derecho en la prestigiosa universidad de Yale. Se encuentra en el proceso de entrevistas para pasantías, un mundo lleno de formalidades que debido a su crianza desconoce.
Cuando recibe una llamada avisando que su madre Bev (Adams) tuvo una sobredosis, vuelve a su pueblo a encargarse de la situación. Entremedio, vemos la infancia de JD, los problemas a los que se enfrentaba su madre y la dinámica con su abuela (Glenn Close), quien finalmente lo crió.
Si solo fuera tan simple. El problema, más que la visión del sur sea estereotipada y su mensaje final, problemático y clasista, es que Hillbilly Elegy simplemente no conoce el mundo que pretende retratar.
Bev es un personaje trágico, una madre soltera drogadicta e inestable y que vemos en distintas etapas de su vida teniendo explosiones anímicas que impactan a sus hijos. Ella es fácilmente el personaje más interesante, y Amy Adams da todo en el papel, pero la película nunca pretende profundizar en las razones de su comportamiento. Nunca sabemos qué le pasó a Bev, por qué es así y cuál es el problema mayor que afecta a tantos más tal como ella.
Una película apolítica
El libro retrataba las experiencias de la comunidad rural, iluminando a muchos sobre el estilo de vida de gente comúnmente ridiculizada en los medios. Pero también la visión conservadora del escritor los culpaba a ellos, su ignorancia y su falta de ética de trabajo de los problemas que enfrentaban.
Tomar esa postura frente a las clases menos privilegiadas es por lo bajo reductivo, y le costó a la novela fuertes críticas. La alternativa de la película, al ser una producción hollywoodense y por ende un poco más liberal, es la de no tomar postura alguna.
Es así como Hillbilly Elegy evade la fuente del problema sistémico que oprime a sus personajes: una pobreza de la cual es casi imposible salir. Al ignorar este aspecto, los personajes son víctimas de sí mismos y los culpables de su destino.
Bev es una descarrilada que toma malas decisiones, pero nunca hay una razón para esto. Vemos los greatest hits de una vida inundada por la adicción y el desequilibrio, pero nada nos explica qué los desencadenaron. La película traiciona a sus personajes.
Finalmente, la decisión de dejar fuera el componente político es una decisión política también, y no existe algo como una obra de arte neutral.
Grandes actrices en un barco que se hunde
Amy Adams es una actriz que ha dejado en claro, especialmente en la última década, que es una de las intérpretes más competentes de la industria. Glenn Close, por su parte, tiene una trayectoria envidiable que la consagra como leyenda del cine. Han sido nominadas seis y siete veces al Oscar, respectivamente, sosteniendo el récord de las actrices vivas con más nominaciones sin haberse llevado nunca la estatuilla.
Esta trivia solo pone en perspectiva a Hillbilly Elegy como Oscar bait, es decir, una película que fue hecha con la mera intención de ganar premios. Escenas melodramáticas de las actrices gritando podrían perfectamente aparecer como clips en la ceremonia de los Oscar, pero lo más probable es que no llegue tan lejos.
En un intento tan desesperado por captar la atención de los premios, los involucrados parecieron olvidar que lo fundamental para que una película logre esa tracción es que simplemente sea buena y le guste a la gente.
Al no preocuparse por sus personajes, Ron Howard los abandona, y no hay ninguna cantidad de gritos y lágrimas que nos hagan creer lo que vemos en pantalla.
Hillbilly Elegy no conoce a sus personajes ni está preocupada por lo que los llevó a esa situación. Al optar por no hacer un diagnóstico mayor de la comunidad que representa, ¿de qué sirve el ejercicio?