Una joven de Singapur crea a los 19 años una cinta independiente que promete impactar el cine local. Tras grabarla, sin embargo, nunca llegó a ser exhibida. Dos décadas después, la historia de este secuestro creativo se revela en el documental Shirkers, estrenado en el Festival de Sundance 2018.
Hay una creencia popular, una suerte de ilusión colectiva, de que toda cosa que pasa en nuestras vidas tiene una razón de ser o un porqué. Pero ¿qué se puede decir acerca de algo que nunca ocurrió?. Shirkers, por ejemplo, es una película que no se estrenó, nadie nunca pudo verla. Ni siquiera quienes participaron en ella. Ni siquiera su propia directora.
La historia detrás del documental Shirkers, la película perdida (2018) la cuenta en primera persona su directora, Sandi Tan. Este es el relato de lo que debió haber sido su primera película. Una obra original en la que actuaba ella misma y sus cercanos. Una cinta que retrataba el Singapur de 1992. Un sueño que nunca se materializó y que, sin embargo, cambió rotundamente el curso de su vida.
Más de 25 años más tarde, la directora radicada en California, pudo ver por primera vez su película. Entonces comenzó a filmar el documental, donde repasa este doloroso recuerdo entrevistando a todos quienes la ayudaron en el rodaje: sus amigas, sus familiares, sus vecinos. La cinta, donde desentraña la verdad detrás de este secuestro creativo, se estrenó en el Festival de Cine de Sundance 2018.
Además de contar una anécdota intrigante, Shirkers muestra por primera vez fragmentos de este filme inédito. Un cinta donde se ven vertidas todas las ideas de una joven ingeniosa y creativa. Un proyecto que, hecho a pulso, prometía cambiar la historia del cine local.
Juventud idealista
Tan repasa sus memorias desde la adolescencia, cuando era una joven de espíritu rebelde, fanática del cine y de la cultura under. Junto a su mejor amiga Jasmine eran parte de una generación de jóvenes oprimidos por las reglas de un país conservador, que les prohibía mascar chicle y que censuraba las películas independientes.
Ellas despreciaban este orden establecido, mascaban chicle, publicaban fanzines llenos de collages furiosos y se las arreglaban para seguir las vanguardias que tenían lugar en otros países del mundo.
Entonces llegó a sus vidas Georges Cardona, un maestro de cine que venía de Estados Unidos y que se convirtió en su amigo y mentor. Ellas tenían alrededor de 19 años y el rondaba los 40 y tantos.
Cuando nace la idea de crear Shirkers, Cardona toma lugar como director. Y Tan, la creadora, actúa como protagonista de su propia cinta. Sus amigas Jasmine y Sophie, en tanto, hacen de productoras. Y aunque a ellas no les cae muy simpático la presencia de Cardona, comienzan a rodar la película.
Una road trip en una isla que puedes recorrer en menos de una hora, con escenas surrealistas y con la colaboración de personas locales. Una fantasía onírica y una muestra de cómo era el paisaje en Singapur, antes de que se convirtiera en el cuarto país más rico del mundo.
Termina el verano, dejan de grabar, y todas las implicadas abandonan el país para continuar sus estudios. Cardona se queda en la isla con la misión de editar el material: 70 cintas de 16mm a las que solo él había tenido acceso.
Los meses pasan, pasan los años y nunca más vuelven a verlo a él y tampoco a las cintas.
Una obra única
¿De qué se trata Shirkers? Nadie de los que se entrevista en el documental sabe bien como responder la pregunta. La premisa inicial cuenta sobre una asesina de 16 años que va por la calle secuestrando niños y matando adultos.
Las secuencias rescatadas contienen escenas inimaginables: enfermeras dramáticas, niños junto a un perro gigante bailando en una azotea, la partida de un juego de mesa en plenas vías del tren.
Si esta producción adolescente habría llegado a ser una película de culto, no hay como saberlo. Lo cierto es que Shirkers era una obra única e irrepetible. Una suerte de joya hipster que nunca pudo ver la luz… hasta hoy.
Este documental es la historia de una traición que fracturó la historia de vida de Tan. Es un exorcismo y a la vez un homenaje a ese inconcluso sueño de juventud. Un memorial y, por cierto, una redención.
¿Dónde ver Shirkers online?
El documental, de 1 hr. y 37 min. de duración, esta disponible en Netflix.