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Tomboy,
La simpleza como arma

Tomboy es una película francesa del 2011 dirigida por Céline Sciamma y protagonizada por Zoé Héran.

Poster de Tomboy.

La expresión “tomboy” se refiere, en inglés, a aquellas mujeres que visten y actúan como —estereotípicamente— lo hacen los hombres. En español sería algo similar a “marimacho” aunque, según entiendo, sin el carácter peyorativo que tiene en español.

En este sentido, el título de Tomboy es directo: es un drama sobre la pequeña Laure/Mikael (Zoé Héran) que, con menos de diez años se siente y se viste como un niño. Un cambio de vecindario es la excusa perfecta para darse a conocer entre los niños del lugar como Mikael y vivir de acuerdo a su sentir. Esto es suficiente para desarrollar el drama.

En 82 minutos de extensión descubriremos la infancia de este personaje y su forma de relacionarse con sus pares. En su nuevo barrio, todos lo acogen como a un chico más, por lo que abraza cada vez más fuertemente esta identidad.

Tomboy es una película francesa del 2011 dirigida por Céline Sciamma. Por su trama ligada a las temáticas LGBTIQ+, fue premiada con galardones como el Teddy Bear 2011 en el Festival de Cine de Berlín y el de Mejor película en el festival QFest de Cine Gay y Lésbico y Filadelfia.

Niñes junto al río en Tomboy (2011).
Niñes junto al río en Tomboy (2011).

Un imperdible del cine queer

Es difícil decir muchas cosas sobre Tomboy, el argumento se expone rápidamente, pero es la fuerza de la realidad, en una fotografía preciosa, la que muestra la profunda relevancia del drama.

Es una película que se siente como una especie de documental de ficción: no es mucho lo que Mikael dice, pero todo se juega en el actuar, todo se muestra transparente a través de la conducta y la falta de las palabras. Tal vez deberíamos concluir que con eso es suficiente para comprender el punto.

Esa claridad es la que hace de Tomboy un imperdible del cine queer. Es la simpleza del argumento la principal arma de la película para visibilizar la niñez trans.

Podría alegarse que Tomboy se aproxima desde cierto privilegio, ya que la niñez de Mikael no presenta dificultades socioeconómicas, y como decía Lemebel, “ser maricón y pobre es peor”. Pero me parece que justamente la fortaleza de Tomboy es esa simpleza de la que somos testigos. Otras obras podrán cumplir ese papel siempre urgente.

Solo para terminar, Tomboy no es solo una hermosa película, es un documento que habla por sí solo y sin palabras, y que es, sin duda, recomendable para educar sobre temas género desde una perspectiva intuitiva y emotiva.

¿Dónde ver Tomboy?

La cinta no está disponible por el momento en los servicios más populares de streaming. Pero no te desanimes, en las profundidades de Google seguro encontrarás alguna opción para verla online.