Dr. House es una de las series regalonas del público y de la crítica alrededor del mundo. Un clásico que está en Amazon Prime Video con sus ocho temporadas.
Hablar de Dr. House es traer a nuestra memoria un fenómeno dentro de las series de televisión del siglo XXI, uno protagonizado por el doctor más irónico, malhumorado y, en apariencia, poco empático y humano que se haya visto en la pantalla chica. Pero tan sabio y asertivo en sus diagnósticos que los enfermos lo siguen en busca de mejoría.
Medio cojo a causa de un infarto en la pierna, este médico llamado Gregory House (interpretado a las mil maravillas por Hugh Laurie) es el centro de esta historia en que se mezclan los dramas personales de House y sus colegas con los dilemas médicos diarios del hospital en que trabajan, más los relatos de pacientes que buscan ahí la diagnosis acertada y los métodos, a veces poco ortodoxos, para resolver sus extrañas enfermedades.
Es tan entretenida esta serie que los cerca de 45 minutos que dura se pasan volando entre misterios científicos, un par de risotadas y algún lagrimón provocado por estas historias, muy bien producidas y apoyadas por un un equipo de doctores reales que asesoran a los guionistas.
De hecho, la idea nació de una columna que la Dra. Lisa Sanders publica en The New York Times con casos raros y difíciles de resolver, llenos de síntomas extraños que entregan pocas luces y muchas preguntas.
Dr. House por ocho
A lo largo de ocho temporadas (estrenadas entre 2004 y 2012), Dr. House se convirtió en una de las series más reconocidas y queribles para millones de seguidores en el mundo. La creación de David Shore (también responsable de The Good Doctor, otra que se puede ver en Amazon Prime Video) se metió en nuestros corazones para siempre, como si fuera alguno de esos medicamentos con nombres raros que este singular profesional suele administrar a sus pacientes.
Y no sólo eso: la crítica también se enamoró de esta producción, que a los largo de sus ciclos se llevó dos Globos de Oro y tres Emmy. Nada despreciable para una apuesta tal vez poco pretenciosa, pero efectiva y amigable para un público mayoritario y variado.