Homecoming
Una distopía sobre soldados y convenientes pérdidas de memoria

El trastorno de estrés post traumático es una afección recurrente en los veteranos de guerra. Con síntomas como irritabilidad, dificultades para dormir y depresión, conlleva efectos psicológicos que dificultan su retorno a la vida en sociedad. Sobre este fenómeno se construye la serie Homecoming.

Heidi Bergman (Julia Roberts) es terapeuta en un reservado programa de rehabilitación para soldados que regresan de la guerra: Homecoming. Ahí se les recluye, alimenta y se les prepara para retomar su vida civil.

Lo oscuro del asunto no es que se les suministre drogas a los veteranos, sino que al no obtener los resultados esperados, se les aumenta la dosis sin informales.

“Revisa sus memorias, observa los efectos y registra la información”, le ordenan a Bergman. Pero ella establece una conexión especial con uno de sus pacientes, Walter Cruz (Stephan James).

A través de sus sesiones, la terapeuta observa que Cruz va perdiendo gran parte de sus memorias de guerra. No solo los recuerdos dolorosos.

Al dar aviso a su superior Colin Belfast (Bobby Cannavale), queda en evidencia que lejos de ser un accidente, la sobredosis y consecuente pérdida de memoria en soldados, resulta ser ventajosa. ¿Para quién? Es difuso. Para los poderosos, para el Gobierno, para “ellos”… Para quien sea que se beneficie de que los jóvenes vuelvan a la guerra.

Homecoming es una ficción distópica que explora la pérdida de memoria. Este tópico ha sido empleado con éxito en el cine, con películas como El eterno resplandor de una mente sin recuerdos, Cómo si fuera la primera vez o Memento.

Esta vez, al intrigante olvido humano, se le suma una capa conspiranoica, que nos obliga a imaginar una tecnología poderosa en manos de los que manejan el planeta.

Segunda temporada: Más acción, menos trascendente

La segunda entrega arranca con una mujer (Janelle Monáe) que despierta desorientada sin saber quién es. Su identificación indica que es veterana de guerra. En la oscura habitación de un motel no encuentra más pistas que un melón, un fajo de billetes y el frasco de un medicamento marcado por Grupo Emergente Geist, misma empresa ejecutora del programa Homecoming.

En esta temporada no veremos a Julia Roberts. El elenco repite a James como Walter Cruz y a Hong Chau encarnando a Audrey Temple, figura que toma un rol central.

La entrega nos lleva hasta la granja donde se producen las bayas capaces de borrar la memoria humana, conoceremos al dueño de la empresa, Leonard Geist (Chris Cooper) y el creciente interés del Departamento de Defensa por tomar control de esta tecnología.

A pesar de ser intensa, esta temporada no logra el nivel de la primera y varias causas podrían explicar su fracaso. La salida de Roberts, por cierto. Pero también el cambio de director. El creador de Mr. Robot Sam Esmail dirigió con virtuosismo el suspenso de la primera entrega. En el segundo ciclo la dirección quedó en manos de Kyle Patrick Alvarez, de trayectoria menos conocida.

En resumidas cuentas, la trama es inferior. Aunque mucho más ambiciosa, no genera el lazo de conexión humana que hizo intrigante e irresistible a la primera temporada.

Basada en un podcast

La idea original de Homecoming fue tomada de un podcast desarrollado por Eli Horowitz y Micah Bloomberg.

Estrenado en 2016, este podcast de ficción experimental contó la historia de Heidi Bergman utilizando elementos sonoros tales como las grabaciones del despacho de la terapeuta, conversaciones telefónicas y otros.

Los derechos fueron adquiridos por Amazon, y tanto Horowitz como Bloomberg pasaron a integrar las filas para la producción televisiva.

Homecoming, junto con The Midnight Gospel y otras series basadas en show radiales como Dirty John, dan cuenta de una tendencia. Los podcast aparecen como una mina de creatividad inmensa cada vez más explotada por las plataformas de streaming.

¿Dónde ver Homecoming?

Las dos temporadas de Homecoming están disponibles por Amazon Prime Video.