Treinta años después del estreno de Seinfeld, la sitcom más vista de la historia, nos sigue haciendo sentido. ¿Cómo se explica su vigencia?
De alguna manera u otra, todos conocemos la serie de Jerry Seinfeld. Hayamos visto la sitcom del comediante o no, tenemos una noción del impacto que tuvo, los personajes que la protagonizaban y el éxito del que gozó en los noventa. Lo interesante del fenómeno es que su popularidad, que pocos predijeron en su época, es difícil de explicar.
Popularmente “una serie sobre nada”, la trama –si es que pudiese considerarse tal– retrata conversaciones cotidianas, dilemas laborales, situaciones domésticas y experiencias amorosas pasajeras, vistas desde aquel lente sitcomero donde nada es tan relevante y que evita que las cosas cambien mucho.
Jerry Seinfeld, guionista y protagonista de la serie, se reconoció como un actor competente pero no ejemplar, y es por eso que la decisión fundamental fue la de castear en el elenco principal a genios de la comedia que no habían tenido la oportunidad de brillar: Jason Alexander, Michael Richards y Julia Louis-Dreyfus (esta última, protagonista de Veep, fue la única capaz de sobrevivir la “maldición Seinfled”, que evitó que el resto del elenco volviera a gozar de éxito).
En conjunto, dieron vida a George, Kramer y Elaine. Desde que se subieron a bordo, el producto fue capaz de distinguirse y convertirse en la serie de comedia más vista de todos los tiempos, con un final que logró que 76 millones de personas sintonizaran la conclusión de uno de los mayores hitos televisivos.
La estrategia de humor en Seinfeld
¿Cómo lo lograron? La respuesta es que está todo en la forma. Al abordar situaciones tan aparentemente irrelevantes, la apuesta de Jerry Seinfeld y Larry David (deCurb Your Enthusiasm y co-creador de la ficción) fue la de mirar el cotidiano a través del prisma más negativo y cínico posible.
La serie era lo contrario de una palmada en la espalda y el paradigma que perseguía la ficción televisiva de buscar hacer sentir mejor a su audiencia.
Los personajes aquí son inmaduros emocionalmente, egoístas, insensibles, cobardes y despreciables, repartiendo malos consejos, quejándose constantemente y enfrentando con hastío las absurdas situaciones en que sus egos los meten. Seinfeld no estaba interesada en agradar, y es precisamente por eso que agradaba.
Seinfield v/s Friends
Es injusto aunque quizás inevitable comparar Seinfeld con otra notable sitcom de los 90 que trataba sobre las nimiedades en las vidas de un grupo de amigos en Nueva York. Pero puede ser un buen ejercicio hacerlo para entender cómo la forma en abordar los mismos temas termina haciendo toda la diferencia.
Friends nos permitía enamorarnos de sus personajes por lo adorablemente imperfectos que eran, mientras que Seinfeld buscaba hacernos sentir identificados con los suyos, con el pudor y morbo de ver a alguien tan imperfecto como uno mismo.
Si Friends era azúcar, Seinfeld era sal, y si la primera nos quería hacer creer que lo que nos une es la fuerza de nuestros lazos y el cariño,Seinfeld proponía una alternativa más oscura pero quizás mas real: lo que nos une son nuestros defectos, a quién odiamos y qué nos molesta del mundo.
La tesis de Seinfeld es que los amigos son aquellos con quienes te puedes quejar y amargar y que no te dicen que tires para arriba. Son los que te sugieren opciones para aprovecharte de una vida que es despiadada más veces que las que nos gustaría.
Y curiosamente, ambas miradas resultaron en los programas más vistos de su época. Y, aunque audiencias modernas que descubren Friends critican la serie por su desactualización, mirada patriarcal de las relaciones y conservadurismo en general, no pasa lo mismo con Seinfeld. Aunque lo políticamente incorrecto de su humor no haya envejecido siempre bien (acá también hay retazos de discriminación, homofobia y sexismo), su punto de vista macro se mantiene intacto y vigente.
En una época en la que el cinismo nos convoca y el pesimismo nos rodea, ver un capítulo de Seinfeld nos interpela tanto como lo hizo con sus primeras audiencias treinta años atrás. La gente no siempre quiere ver tele en busca de un escape fácil y moralejas tiernas, a veces quiere ver representaciones de gente más miserable y ruin que uno. Quizás finalmente eso es lo más efectivo para hacernos sentir bien.
¿Dónde ver Seinfeld?
Las nueve temporadas de Seinfeld están disponibles en Amazon Prime Video.