Mucho sexo, drogas y alcohol. Skins debutó en la TV británica en 2007 causando gran repercusión. Hoy sus siete temporadas están disponibles en Netflix.
Entre los miles de fanáticos de Skins existe una división insondable. Por un lado están los que se quedan, a toda costa, con la primera generación de personajes. Los tradicionalistas de Tony, Michelle, Sid y la banda. Por el otro lado están los innovadores, los que adoraron la oscuridad del team de Effy, Freddie y Cook, y las extravagantes personalidades que vinieron después como Frankie, Mini y Alo.
Ambos bandos tienen argumentos de peso. El primer clan tuvo la ventaja de la novedad, Skins llegó a nuestras pantallas en tiempos donde cadenas como MTV marcaban la pauta de lo que estaba a la moda para los que “no les interesaba estar a la moda”. Los alternativos, los cool, algo así como los marginados burgueses.
Con una estética muy ondera y música indie. Abusando de las drogas, con familias disfuncionales, y completamente hipersexualizados. Así eran estos novedosos personajes que debutaron por la televisión británica en 2007: Tony, Michelle, Sid, Jal, Chris, Cassie, Maxxie y Anwar.
Por su contenido explícito obviamente era un show escandaloso para la época y esta provocación, esta insolencia, fue el sello característico tanto del programa en sí como de cada uno de los personajes.
Múltiples cambios de piel
Es llamativa la forma en que decidieron desarrollar Skins. Una vez que el grupo original de personajes cumplió, en la ficción, la edad para entrar a la universidad, allí concluyó su historia. Eso fue en la segunda temporada, y en la tercera, se introdujo a una pandilla completamente nueva. Se repitió el ciclo y entonces vino otro grupo de adolescentes. Tres historias independientes. Tres generaciones.
La primera fue la banda de Tony Stonem(Nicholas Hoult), un joven con mirada hechicera que tenía a todos a sus pies. Desde su novia Michelle (April Pearson), su mejor amigo y mayor secuas Sid (Mike Bailey), y compañía.
Muchas drogas, sexo y excesos hubo en la trama de estos personajes —de hecho luego de su debut en televisión se instauraron las “fiestas secretas Skins” en distintas partes del mundo—. Pero también hubo situaciones personales complejas.
Por ejemplo está la historia de Chris (Joe Dempsie), quien es abandonado por su madre, dejándole un sobre de dinero que se gasta en una sola noche. O como olvidar el accidente de Tony, luego del cual queda con serios daños y nunca vuelve a ser el mismo.
Uno de los personajes más llamativos es Cassie (Hannah Murray) que, tan delgada como etérea, enfrenta un trastorno alimenticio que la persigue y la acecha, a veces en forma de notas amarillas que aparecen en su camino exigiéndole: ¡Come!.
Liderada porEffy (Kaya Scodelario), la hermosa y enigmática hermana de Tony, en la tercera temporada se introduce a la segunda generación de personajes. En este grupo hay tres amigos en disputa por el amor de Effy: Freddie (Luke Pasqualino), JJ (Ollie Barbieri) y, la estrella del show, Cook (Jack O’Connell).
De nuevo, mucho sexo y muchas drogas, pero esta vez también muchos engaños y traiciones. Las historias de estos personajes son más oscuras y violentas, hay menos empatía y lazos sinceros. Por eso estos ciclos se tornan cada vez más deprimentes.
Un dato que les va a encantar: Jack O’Connell (Cook) y Kaya Scodelario (Effy) salieron en la vida real durante el rodaje. ¡Cuánta belleza!.
La tercera generación de Skins es como un hermano menor, más liberado y excéntrico. Con una mirada más optimista, quizás. Presenta personajes con motivaciones heterogéneas, como la andrógina Franky (Dakota Blue Richards), el metalero Rich (Alex Arnold), el granjero Alo (Will Merrick) y la bailarina de ballet Grace (Jessica Sula), entre otros. Pero aunque ellos son adorables y la historia está muy bien, por algún motivo esta generación resulta menos memorable que sus antecesoras.
Y menos memorable todavía fue la versión norteamericana de Skins que, producida por MTV, solo alcanzó a entregar 10 episodios antes de ser cancelada. ¡Un fiasco!.
¿La primera generación de Skins es la mejor?
Para responder esta pregunta hay que tener en cuenta que todas las generaciones de Skins tienen cosas en común. Por ejemplo, en todas los personajes demuestran completa desconexión con su entorno familiar. Los adultos, en cada caso, han fracasado como padres y como autoridades.
También, en todas ellas hay cosas de la vida como amores, desamores, encuentros y peleas. Pero la muerte siempre se hace presente. En cada ciclo se vive el duelo de un amigo, y eso le da a la serie un tono más profundo.
Además cada generación sigue un mismo esquema: en una temporada se introduce a los personajes, uno por capítulo, y en la siguiente, se profundiza en sus problemáticas y en su mundo interno.
¿Qué las diferencia entonces? El carácter de cada personaje es único y dependerá exclusivamente del espectador definir con cuáles siente más empatía.
¿Es la primera generación de Skins la mejor?Yo diría que no.
Skins: Fire, Pure&Rise
Luego de seis temporadas de Skins, que se emitieron entre 2007 y 2012 en el canal E4 (propiedad de la cadena británica Channel 4), los productores decidieron cerrar definitivamente la serie con una séptima temporada.
Esta tiene solo seis episodios y en ellos podemos ver el regreso de algunas de las estrellas de las temporadas anteriores, cómo son sus vidas adultas y si lograron cumplir sus sueños y aspiraciones (obvio que no).
Cassie, de la primera generación, y Effy y Cook, de la segunda, son los protagonistas de estos episodios que, si bien no lograron demasiada repercusión, fueron celebrados por los fanáticos de Skins.
¿Dónde ver Skins online?
Las siete temporadas están disponibles en Netflix.
Si llegaste hasta el final de esta review te dejo de regalo este memorable soundtrack para musicalizar tu vida.