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Supongamos que Nueva York es una ciudad
El placer de refunfuñar

La escritora Fran Lebowitz despotrica mientras le habla de la Gran Manzana a Martin Scorsese. Así es Supongamos que Nueva York es una ciudad, documental que el cineasta dirigió para Netflix.

Supongamos que Nueva York es una ciudad  afiche

Desde hace décadas que el cineasta Martin Scorsese y la escritora Fran Lebowitz son amigos. Ambos son neoyorquinos de corazón, ambos tienen un sentido del humor entre negro y amargo, ambos son personajes ineludibles de la cultura estadounidense.

Por eso resulta atrayente que el director haya decidido entrevistar a su amiga, juntar eso con material audiovisual más antiguo y plasmarlo todo en Supongamos que Nueva York es una ciudad (Pretend It’s a City), la docuserie de Netflix que vale la pena visitar.

En esas entrevistas, Lebowitz narra experiencias y anécdotas como residente y aguda observadora de la Gran Manzana. En una suerte de paseo verbal nos lleva a conocer no solo el entorno y su gente, sino también su mente y sus opiniones, deslenguadas y ácidas.

Scorsese la escucha y a menudo se ríe a carcajadas de los comentarios de la autora de Social Studies. Es que la química de esa amistad se nota a la legua; el director goza con cada protesta, con cada gesto, con cada refunfuño de su amiga.

Son siete capítulos que resultan un disfrute, aunque, hay que decirlo, para muchos la crítica y el despotrique constante de Fran resulta un tanto agotador. Si, en cambio, eres un buen gruñón que va por la vida alegando e ironizando, la conversación te resultará un verdadero deleite.

Humor, críticas e ironías

La escritora Fran Lebowitz le saca carcajadas a su amigo Martin Scorsese en esta docuserie dirigida por él.
La escritora Fran Lebowitz le saca carcajadas a su amigo Martin Scorsese en esta docuserie dirigida por él.

En Supongamos que Nueva York es una ciudad el humor es la clave. Uno, eso sí, crítico, oscuro, inconformista e iconoclasta. Lebowitz no tiene ningún inconveniente en decir que detesta a los turistas o en reírse de los que van por la calle mirando el celular.

Resulta interesante descubrir a esta personalidad que se rehúsa a la modernidad y que critica, a veces con acierto, algunos aspectos de la sociedad actual. “No uso redes sociales. No porque no sepa qué pasa ahí, sino porque sé qué pasa ahí”, dice en un pasaje de la docuserie.

Ella tiene opinión para todo y lo reconoce. De eso vive, además, dando conferencias y charlas, y haciendo stand up comedy de vez en cuando.

Martin Scorsese le da el marco perfecto a este tête à tête documental, con su estilo visual pausado y falto de parafernalia, pero plagado de detalles y de música, siempre a tono, como si fuera otro personaje más del metraje.

El resto corre por cuenta de Fran Lebowitz, quien nos sorprende con sus relatos sobre un Nueva York que no fue todo lo glamoroso que se piensa en otras épocas, pero que siempre ha sido un lugar esperanzador, aunque carísimo, para tantos que llegan ahí en busca de sus sueños. Ella misma arribó a la ciudad desde su natal Nueva Jersey en 1969.

Una mujer singular

La escritora Fran Lebowitz.
La escritora Fran Lebowitz, una mujer con un estilo particular y con un pensamiento muchas veces a contracorriente.

Esta miniserie documental sirve más que nada para conocer a Fran y su historia en Nueva York, pero al mismo tiempo nos invita a tener un punto de vista sobre esta sociedad a través de los ojos de ella.

La vemos en un café sentada frente a Scorsese o en un teatro, delante de cientos de personas que pagaron una entrada por escuchar sus afiladas opiniones. Siempre igual, fiel a sí misma y a su manera de pensar y de ser.

Gruñona, pero gozadora y divertida. Capaz de hacer reír hasta el dolor de estómago al cineasta o al actor Alec Baldwin. De intercambiar pensamientos de tú a tú con la Premio Nobel de Literatura, Toni Morrison. Y de llevarle la contra a Spike Lee, otro neoyorquino de fuste, pero con una mirada de la ciudad diferente, asociada al quehacer deportivo, aspecto de la vida que la escritora desprecia.

En síntesis, conocer a Fran Lebowitz, presentada además por uno de los directores de cine más importantes de la historia, es una invitación que vale la pena aceptar.

¿Dónde ver Supongamos que Nueva York es una ciudad online?

El documental seriado, que tiene siete capítulos, se encuentra disponible en Netflix.